miércoles, 8 de octubre de 2008

Ese gato maldito

Lunar está sola. Pobrecita. Parece un poco aburrida de la vida, pero no sé qué es lo que hace para vivir, si trabaja, cómo paga la renta, qué hace en sus ratos libres o cuántas veces antes fue a un bar de lesbianas. Sólo sé que ama a Efímero, pero el desgraciado se va, la abandona, tiene la concha de ronronearle a otra y, para colmo de males, se convierte en estrella de publicidad. No contento con eso, le hace creer a algunas que es capaz de hablar, de sentir, de saber lo que está haciendo, pero a veces (cuando no conviene) pasa a ser, de nuevo, un estúpido e inofensivo gatito.

Cada treintañera se pregunta por su efímero. Aparece entonces una sabia grifera que lustra zapatos casi por diversión, o la Mujer Maravilla con arcadas de embarazo revelando su deliciosa humanidad. Pero, a pesar de las excelentes actuaciones (quizá a estas actrices les quedó chico el libreto), hay algo que acaba distrayéndome de ese sitio al que me quieren llevar. ¿Qué buscamos las mujeres? ¿Qué necesitamos? ¿Amor, libertad, marido, mascota? Yo voto por el chinito stripper.

No hay comentarios: